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“Aquello que beneficia el ejercicio profesional de un docente, beneficia las oportunidades de aprendizaje de un estudiante”

Lilia Concha, Directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), detalla iniciativas para fortalecer al profesorado y destaca la importancia del trabajo colaborativo y del apoyo socioemocional para el ejercicio docente.

“Lo que le pasa al país, le pasa a la escuela”, decía Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura e insigne pedagoga. 

Recordando esa frase, la directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) del Ministerio de Educación, Lilia Concha, explica cómo las complejidades sociales que el país ha enfrentado en los últimos años y los efectos de la pandemia Covid 19 inevitablemente han entrado a las escuelas, afectando a las comunidades educativas y la convivencia escolar. 

A lo anterior se suma el surgimiento de un estudiantado cada vez más diverso y complejo. 

Todo esto ha configurado un gran desafío para profesoras y profesores, ante lo cual el Estado de Chile ha impulsado una serie de políticas para fortalecer la carrera docente, mejorar las condiciones del ejercicio profesional y apoyar a las y los profesores en diversos ámbitos. 

Lilia Concha señala que un paso decisivo fue la promulgación de la Ley 21.625 el año 2023, porque terminó con la doble evaluación para docentes del sistema público, acabando así, con una “discriminación injusta” entre profesoras y profesores de establecimientos municipales y de particulares subvencionados. 

“Nuestro compromiso es llegar a un Sistema Único de Evaluación Docente, más transparente, menos agobiante, que recupere un sentido formativo e incentive el trabajo colaborativo”, remarca.

Se espera que entre 2025 y 2028, 50 mil docentes de aula se evalúen cada año. 

La ley también fortalece la Red Maestros de Maestros y explicita la responsabilidad del Estado de garantizar apoyo cuando, después de una evaluación, una o un docente no logre progresar del tramo inicial o temprano. 

Además, establece nuevas opciones y responsabilidades para una o un profesor de excelencia. Así, en un plazo de cuatro años, puede tomar una de las siguientes opciones: volver a evaluarse, tomar una acción formativa de profundización, cumplir un rol dentro de la Red Maestros de Maestros acompañando a un colega que en una evaluación no logró progresar, o ser mentor de un docente novel. 

“Que una o un profesor progrese es un esfuerzo que hace el Estado, no solo para que la o el docente se beneficie, sino también para generar condiciones de calidad educativa en el sistema”, afirma. 

Agrega que, en tanto, la oferta formativa del CPEIP se ha modificado para convertirse en un “plan de formación diseñado estratégicamente para empujar trayectorias”, el cual estará operativo el segundo semestre de 2024. 

Diversidad en el aula

La directora del CPEIP precisa que para ir desarrollando competencias especiales y aplicarlas antes un estudiantado diverso son muy útiles los modelos como el de aprendizaje servicio u otros que combinen reflexión y acción. “La pedagogía es una experiencia profesional y es un saber que se produce, en gran medida, por la interacción directa entre teoría y práctica”, sostiene.

Añade que el Sistema Nacional de Inducción y Mentoría y la Red Maestros de Maestros pueden aportar mucho en este aspecto porque docentes capacitados o con más experiencia apoyan a colegas que presentan dificultades o que están recién empezando su carrera profesional. 

Destaca que la nueva oferta formativa del CPEIP aborda también cómo las y los profesores pueden relacionarse de mejor manera ante un estudiantado más heterogéneo y con necesidades más específicas. 

Un país que apoya a sus profesores es un país que apoya a sus estudiantes.

La especialista destaca que el CPEIP incorporó una línea de trabajo inédita, la de Bienestar Docente, cuyo objetivo es monitorear permanentemente las condiciones del ejercicio docente, identificar y fortalecer los factores protectores y detectar y actuar preventivamente ante factores de riesgo. 

“El trabajo colaborativo es un factor protector para potenciar. Mientras sigamos viendo que el ejercicio docente es individual y solitario, la complejidad del trabajo en aula va a tender a agobiar más a las y los profesores”, señala. 

“Detrás de esta política está la premisa de que aquello que beneficia el ejercicio profesional de un docente, beneficia las oportunidades de aprendizaje de un estudiante”, remarca.

Agrega que actualmente se tramita en el Congreso un proyecto de ley de Convivencia Escolar que, entre otras cosas, establece acciones de apoyo a los integrantes de la comunidad educativa y define lo que el sistema no va a tolerar, como agresiones de parte de profesores, estudiantes y apoderados. 

“Este proyecto aborda un tema muy importante, como la contención socioemocional del docente, porque hasta ahora se había puesto el foco fundamentalmente en la contención socioemocional del estudiante”, precisa

Subraya que “las escuelas son un espacio para construir comunidad y aprender a generar vínculos. Por lo tanto, la dimensión social y emocional es prioritaria tanto para docentes como para estudiantes. Un país que cuida y apoya a sus profesores es un país que cuida y apoya a sus estudiantes”.